Antes se le conocía como impotencia. Hoy se le conoce como disfunción eréctil
a la dificultad para lograr una erección satisfactoria.
Es un problema asociado a la edad, pero lo cierto es que, muchas veces,
puede ser un síntoma de algo más serio. Por ejemplo, hay pacientes que descubren, a partir de sus problemas de erección, que sufren de males como hipertensión arterial, diabetes, colesterol alto, afecciones en la próstata, cardiopatías, entre otros.
Esto nos ayuda a entender la importancia de la prevención. Varias de las enfermedades crónicas mencionadas se producen por tener malos hábitos de vida.
Entonces, la idea es que
si uno desea tener una vida sexual sana, hay que cuidar el cuerpo. Aprender una nueva pose no sirve de nada si no existe buena salud.
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