¡¡¡FABRIZIO NOOO!!!

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El día de la consulta, la Sra. lleva a su hijo por una tos excesiva que no le calmaba con los medicamentos. Y comienza así el desastre… FABRIZIO NOOO!!! Y Fabrizio estaba subido en la camilla… FABRIZIO NOOO!!! Y Fabrizio saco las medicinas del estante… FABRIZIO NOOO!!! Y Fabrizio casi se cae del banco giratorio… FABRIZIO NOOO!!!! Y Fabrizio jugaba con el caño… y todo esto antes de los primeros diez minutos de la consulta… simplemente no se quedaba quieto ni escuchaba a su madre. Y por fin, el momento en que se sentó, no dejaba de mover sus manos y sus pies.

A casi todos los padres les pasa. Pero hay una diferencia entre un niño revoltoso o malcriado y un niño hiperactivo.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad o TDAH es una enfermedad neuroconductual que se caracteriza por una inquietud excesiva, falta de atención, distracción e impulsividad, que en la mayoría de casos, se detecta por primera vez cuando los niños están en edad escolar. Según las investigaciones, en un salón de clases promedio de 30 estudiantes, por lo menos uno padecerá TDAH.

Algunos niños que sufren TDAH sólo tienen problemas de atención; otros sólo tienen problemas de hiperactividad e impulsividad y otros niños tienen ambos problemas, que pueden  interferir con el rendimiento del niño en la escuela y la capacidad de desarrollar y mantener relaciones sociales.

Para el correcto diagnóstico de esta enfermedad se debe tener en cuenta la manera de actuar del niño en la casa, el colegio y otros ambientes, en los cuales se percibe un comportamiento inadecuado con relación al ambiente y persiste por más de 6 meses.

El diagnóstico es realizado por el médico general, neurólogo o pediatra de acuerdo a unos criterios y según los que corresponda se le dará el tratamiento respectivo para cada desorden.

CRITERIOS DE DEFICIT DE ATENCION

  • No presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares.
  • Tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en los juegos tranquilos.
  • Evita o le disgustan las tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
  • No sigue instrucciones ni finaliza tareas escolares, encargos u obligaciones.
  • Tiene dificultad para organizar tareas y actividades.
  • Parece no escuchar cuando se le habla directamente.
  • Extravía objetos necesarios para tareas o actividades.
  • Se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
  • Es descuidado en las actividades diarias.

CRITERIOS DE HIPERACTIVIDAD E IMPULSIVIDAD

  • Mueve en exceso manos y pies o se remueve en su asiento.
  • A menudo interrumpe o estorba a otros.
  • Tiene dificultades para guardar su turno.
  • A menudo está en marcha o parece que tenga un motor.
  • Habla excesivamente o precipita respuestas antes de completar las preguntas.
  • Corre o salta excesivamente en situaciones en las que es inapropiado hacerlo.
  • Tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a alguna actividad.
  • Abandona su asiento en la clase o en situaciones en que se espera que permanezca sentado.

Como para todas las enfermedades, el diagnostico definitivo lo debe de dar un médico, ya que se basa no solo en la observación del niño, sino en  el análisis clínico para dar el tratamiento correspondiente.

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