WEYSLAB | Laboratorio Clínico y Consultorio Médico » Noticias » La erradicación del patriarcado en nuestras mentes A propósito del Día internacional de la Mujer
APROXIMACIONES: La clave de la devoción religiosa. Ricardo Verástegui López Periodista
Hace unos años en un país centroamericano, mediante una encuesta realizada entre la población, se descubrió la inmensa devoción de los varones de esa nación por la Virgen María, pero, a la vez, reveló que estos mismos hombres maltrataban física y mentalmente a sus esposas o convivientes.
¿Cómo explicar esta contradicción? Una aproximación para entender este fenómeno es que varones y mujeres, devotos y devotas de la madre de Jesucristo no la consideran como mujer, sino como una suerte de diosa hacedora de milagros por su cercanía al ser supremo.
De allí que el trato que María recibe no es el de la humilde mujer de Nazaret que fue exaltada para humillar a los soberbios, quitar de los tronos a los potentados, enviar a los ricos vacíos y colmar de bienes a los hambrientos, sino como una deidad que forma parte de un triunvirato celestial.
También estos devotos y devotas ignoran que la Biblia, el texto fundamental de la fe cristiana, afirma que “el día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Hombre y mujer los creó; y los bendijo, y les puso por nombre Adán el día que fueron creados” (Génesis 5: 1-2). Es decir, los hizo diferentes como lo son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, pero iguales como las personas de su Creador.
Sin embargo, en estos devotos y devotas prima el pensamiento patriarcal, donde el varón tiene una figura central y dominante en su relación con la mujer, una relación de amo-siervo que en forma explícita o implícita determina que la mujer gane menos salario que el hombre por labor equivalente, que por su condición de tal sea no solo explotada en el trabajo, sino en su hogar, además de ser marginada de ocupar determinados puestos en organizaciones que hablan de igualdad, pero en la práctica la discriminan. Y lo más grave, que la vida de la mujer esté en manos de su cónyuge o conviviente. La larga lista de feminicidios es una trágica muestra de lo que aquí señalamos.
Ser hombre y ser mujer son, desde sus diferencias biológicas, dos formas iguales de ser y hacer en el mundo que deben complementarse para contribuir al desarrollo integral de sí mismas y de las generaciones que procrean.
Esta es una bandera de lucha que debe ser asumida no solo por las mujeres, como el caso de la joven paquistaní Malala Yousafzai, abaleada en 2013 por su compromiso de que las mujeres de su país y de todos los países puedan acceder a la educación, sino también por los hombres porque es una manera de reivindicar nuestra dignidad como seres humanos.
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