Llego el frío. Ahora a cuidarse.

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Las bajas temperaturas disminuyen las defensas y producen cambios en el organismo que facilitan la aparición de enfermedades como: Resfrío, gripe, bronquitis. bronquiolitis y neumonías.
Además funciona como agravante de enfermedades crónicas, sobre todo cardíacas y respiratorias (responsables fundamentales del incremento de mortalidad que se produce), también reumáticas y otras.
Una temperatura muy baja puede afectar el cerebro, esto le impide a la persona moverse o pensar adecuadamente. Así pues, la persona podría no darse cuenta del peligro y por lo tanto no haría nada para salvar su vida.
Además, el frío facilita los accidentes, tanto de tránsito como por caídas y no podemos olvidarnos del riesgo de incendio o de intoxicación por monóxido de carbono a partir de estufas de gas, braseros etc.
Los dos principales problemas asociados con una exposición prolongada al frío intenso son:
– Hipotermia: La exposición durante un determinado tiempo a un frío muy intenso puede dar lugar a una pérdida de calor corporal que no pueda ser compensada por los mecanismos de producción de calor del organismo. Si ocurre esto haga que la persona tome bebidas calientes y dulces (agua dulce o bebidas para deportes) si está alerta. Evite bebidas con cafeína (café, té o chocolate caliente) o alcohol. Haga que la persona mueva sus brazos y pies para crear calor de músculo. Si la persona no se puede mover, ponga botellas calientes o paquetes calientes en la ingle, en el cuello, y en la cabeza. No intente frotar el cuerpo de la persona o ponerla en un baño de agua caliente. Esto puede parar su corazón.
Llame inmediatamente al auxilio médico. Cuando la hipotermia es muy severa puede producirse la muerte.
– Congelación: Este trastorno provoca una pérdida de sensibilidad y color en las áreas afectadas del cuerpo. Más comúnmente afecta la nariz, las orejas, los cachetes y los dedos de los pies. La congelación puede causar daños permanentes y hasta una amputación.
Si siente dolor o si su piel se ve pálida o está adormecida, busque refugio inmediatamente y trate de recibir atención médica.
Resfriado común
Los síntomas más frecuentes son estornudos, moqueo, obstrucción nasal, garganta seca y tos. La característica principal es que los síntomas del resfriado común no suelen producir fiebre elevada o malestar general.
La gripe
Es una enfermedad respiratoria aguda causada por el virus H1N1 y el estacional de la influenza, que más infecciones y muertes ocasiona, y cuya mayor circulación ocurre en los meses más fríos. De allí que los especialistas recomienden no olvidar vacunarse.
Afecta a las vías respiratorias superiores e inferiores y suele acompañarse de síntomas como fiebre, dolor de cabeza y de garganta, congestión nasal y moqueo, mialgia (dolor muscular) y debilidad y, además suele aparecer de un modo repentino.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las epidemias anuales de gripe afectan a entre el 5 al 15% de la población.
Tratamiento. Es provocada por un virus, los antibióticos no son eficaces.
Normalmente sólo se tratan los síntomas de la gripe. Es decir, se administran medicamentos que mejoran el estado general del paciente: antitérmicos que reducen la fiebre y antitusivos que hacen desaparecer la tos.
La utilización de un tratamiento antiviral específico para el virus de la gripe no es muy común.
La fiebre dura generalmente 3 días y, si hay complicaciones, la recuperación completa se produce en 7 días.
Medidas preventivas generales
• Para disminuir el riesgo de sufrir una hipotermia la mejor protección es una vestimenta adecuada. Son recomendables las prendas impermeables que eviten el paso de humedad.
• Permanezca resguardado en el interior de su casa y procure salir solamente en caso necesario.
• Protéjase el rostro y la cabeza. Evite la entrada de aire frío en los pulmones. Si va a salir de un lugar caliente, debe cubrirse boca y nariz, para evitar aspirar el aire frío; los cambios bruscos pueden enfermarle el sistema respiratorio.
• Conviene proteger las superficies delicadas o con mayor pérdida de calor como la cabeza (gorros), manos (guantes o mejor manoplas sobre todo en los más pequeños y ancianos), y pies (empleando dos medias, de algodón primero y el segundo de lana). Una bufanda nos ayudará a protegernos del viento.
• Se recomienda beber abundantes líquidos y tener cuidado con la exposición a bajas temperaturas. No debe salir cuando el frío sea intenso y es aconsejable vigilar la temperatura en casa, especialmente en el baño (los niños pueden sufrir problemas de hipotermia transitoria –temblor y palidez- simplemente al salir de la bañera con una temperatura ambiental de veinte grados centígrados).
• Incluir en las comidas: grasas, dulces y todo lo que proporcione energía, a fin de incrementar la capacidad de resistencia al frío.
• Usar chimeneas, calentadores o estufas en caso de que el frío sea muy intenso y las cobijas no sean suficientes, siempre y cuando exista una ventilación adecuada.
• Para personas de edad avanzada y enfermos del corazón, no es conveniente salir a la calle, porque el frío ejerce sobre el corazón una tensión extra y existe el riesgo de presentarse un ataque cardíaco.
• Cuando el cuerpo empieza a temblar, es un indicio de que es hora de regresar a un lugar con calefacción.
• Lavarse las manos con asiduidad es una terapia sencilla y sin efectos adversos.
• Extremar las medidas higiénicas habituales (Ej. usar pañuelos descartables).
• Recordar que taparse la nariz y la boca al estornudar y/o toser evita la transmisión de la enfermedad a las personas que rodean al enfermo.

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